21 años no son nada… Massive Attack_ Mezzanine XXI Tour/ Madrid (por Fac51)

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21 años no son nada…

Massive Attack, Mezzanine XXI tour, 17 febrero 2019, Palacio de Vistalegre, Madrid.

Y en este caso, no es una frase hecha. Incluso podríamos decir esa tan rancia y tópica que dice “ha envejecido como un buen vino…”. Tuve la suerte de poder ver la gira original, en una noche absolutamente mágica en el Vall d´Hebron en Barcelona, donde ya sabía de antemano que no íbamos a poder disfrutar de la voz y la presencia de Liz Fraser, que, en plena catarsis emocional, sólo actuó en los conciertos londinenses de la presentación del disco. Mezzanine supuso un punto y aparte en la carrera de Massive Attack, su proceso de grabación fue un largo y tortuoso camino, que desembocó en el abandono del grupo de uno de sus tres miembros fundadores, Andrew Vowles, más conocido como Mushroom y quizás la parte más hip-hop de la formación. Mezzanine es un álbum denso, que se puede cortar con un cuchillo, y Mushroom no veía clara esa línea que había tomado el grupo.

Pero pasan 21 años. Y nos dicen que la enigmática y cara de ver Liz Fraser va a hacer la gira completa. Y rezamos a Jah para que la maldita pierna de Horace Andy, que se rompió años atrás y le sigue teniendo jodido, no nos privara de su incomparable chorro vocal. Y de paso también pusimos alguna vela para que volvieran a estar en directo el impagable Angelo Bruschini a la guitarra (Ex Blue Aeroplanes) y que a la batería estuviera Damon Reece (Ex Spiritualized) y que, por favor, al bajo estuviera ese mago llamado Winston Blissett. Por favor, que eso ocurriera de nuevo.

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Pero había otra novedad aparte de la cantante escocesa que dejó maravillado al mundo con su trabajo en los Cocteau Twins. En la parte de visuals, se iba a contar con el trabajo del gran Adam Curtis, tremendo documentalista con una carrera plagada de premios y reconocimientos que ya había colaborado con el grupo en el año 2013 en Everything is Going According to Plan.

Todo parecía en orden. Se inició la gira y parecía que todos estaban presentes. Y allí que nos fuimos, al Palacio Vistalegre en Madrid, una noche de domingo, para, con expectación, ver cómo había envejecido ese tinto que ya en el año 1998 tenía tanto cuerpo. De momento, hay que decir que parece como si para 3D y Daddy G los 54 y 59 tacos que tienen sólo están en su pasaporte, a excepción de alguna gloriosa cana.

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Todo empezó, y de repente vimos que los que tenían que estar, estaban, y aquello arrancó con el I Found a Reason de la Velvet, en una rendición más que digna (ojo al tema versiones, porque fue espectacular…) Ya íbamos sobre aviso, no íbamos a oír ni Unfinished Simpathy, ni Protection, sólo el Mezzanine y unas versiones de canciones de las cuales se extrajeron samples para el disco. Noche absolutamente purista. Ya en el inicio pudimos observar, tanto en la gran pantalla trasera como en las dos laterales, que el trabajo de Curtis iba a ser parte importante de la noche. Tras el tema velvetiano, se arrancaron con Risingson, el que fue primer single del álbum, confirmando que, efectivamente, el vino había tomado matices muy positivos con el paso del tiempo. La segunda sorpresa llegó pronto con el 10:15 Saturday Night de The Cure para dejar paso a la leyenda del dub, dancehall y de la música jamaicana, el gran Horace Andy, que empezó a deleitarnos con el Man Next Door. Se notaba que se movía con dificultad cuando acabó el tema, pero su voz sigue como en esta última parte de su carrera, impecable. Nos fuimos de Jamaica a Escocia, y por fin, ese momento esperado 21 años para casi todos los fans de la banda de Bristol se hizo realidad y la Fraser tomó el escenario para interpretar Black Milk. Su voz sigue siendo una de las mejores voces femeninas de la historia de la música, y nada más que comentar, su señoría. De ahí pasamos a Mezzanine y a otro de los punto álgidos de la noche, una rendición impecable, incluso mejorando al original del Bela Lugosi´s Dead de Bauhaus.

Volvió Horace Andy al escenario para cantar su No Man´s Face que dejó paso a un punto de no retorno en el concierto, donde las imágenes producidas por Curtis empezaron a tomar un protagonismo principal. Primero con Dissolved Girl, pero el punto inolvidable, tremendo, de poner pelos como escarpias, llegó cuando la Fraser empezó a interpretar el legendario himno anti-bélico de Pete Seeger Where Have All the Flowers Gone. Mientras sonaba la intimista versión, en las pantallas se mostraban escalofriantes imágenes de cadáveres recién llevados a familiares que pueden ser situados en cualquiera de esos países que han sufrido el zarpazo de la guerra recientemente, como Afganistán, Siria… Para acabar con imágenes también de los “vencedores” en sus helicópteros y drones. Si querían remover conciencias, lo lograron sin duda alguna.

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A partir de ahí, pisando el acelerador a fondo hasta el final… Inertia Creeps fue otro single del Mezzanine, y su potencia sigue vigente, que siguió en modo aceleración con otra gran versión, el Rockwork de Ultravox para frenar en seco con Horace Andy dejando sus mejores registros vocales con la canción que abrió el disco, Angel. Otro de los momentos mágicos de la noche, con el superlativo Winston Blissett al bajo y la voz del viejo rastafari como protagonistas principales. Luego salió la Fraser para ejecutar Teardrop, otro impecable momento de magia en la noche, con la de Grangemouth dejando claro porque ella es una de las mejores vocalistas. Tras la calma, llegó un momento de tempestad con una rendición de un minuto del Levels de Avicii, para llegar al final, que personalmente había estado esperando toda la noche porque en el año 1998 me pareció una tremenda descarga sónica de proporciones descomunales. Es una de mis canciones favoritas del disco, que dejaba ver a donde iban estos chicos en su nuevo camino. Group Four, con la Fraser en la parte vocal, y de nuevo con un Angelo Bruschini rascando su guitarra hasta acabar dejando exhausto al público asistente. Y cuando se acabó, se acabó. No había bises. Era lo que había, y lo sabíamos. Y encantados de la vida, no fue un simple ejercicio nostálgico, fue toda una reinterpretación con grandes matices.

Texto y fotos: fAC51