Foto: Roger Batalla – Sala Apolo Barcelona
Los Nueva Vulcano presentaban nuevo EP, “Nombres y apellidos”, su décimo trabajo contando elepés, otros epés y demás singles. Acumularán unas 60 canciones, y ya están en ese punto de tener suficiente (buen) material como para no tener que recurrir al pasado para animar al gentío. Así, el único clásico que se permitieron fue una breve versión de “Solamente un fuego” para –nunca mejor dicho– calentar motores y –ya paro– entrar en calor. Pero aparte de este tema de su segundo álbum, tocaron casi por completo su álbum de 2015, “Novelería”, que defendieron con pasión para un público entregado que fue de menos a más y que explotó febril con “Te debo un baile”, un hitazo con todas las de la ley de su anterior disco. Ya con este, “Los peces de colores”, Nueva había abierto un nuevo capítulo musical en su carrera –con cortes más rápidos, directos y vivaces, y menos oscuros, dolidos y melancólicos de su primera época–, cuya senda han seguido explorando con más profundidad. Por cierto y por suerte, el concierto contó con el genial respaldo de Marc Clos en percusiones, teclados y otros aparatitos. ¡Ah! Y sobre los dos temas nuevos que presentaban sólo diré: “No somos soldados, no somos esclavos, no somos clientes, no somos oyentes”. Y el resto es todo, menos silencio.
