THE WHEELS “La psicodelia no se destruye, simplemente se transforma”

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El quintento The Wheels ha ido esparciendo su ‘neopsicodelia pop-rock con especias mediterráneas’ bajo el influjo de la tramontana y la adoración a los Beatles. Liderados por Guille Borràs y con teclista nuevo, pasaron de las ‘Great frustrations’ en EP del 2010 al disco ‘Born to fly’ en 2015, superando esa “barrera de la insularidad” que ha condenado al ostracismo a colegas suyos de Mallorca. La rueda continúa girando, tal y como nos confirma Guille.

¿Os cansan las comparaciones con los Beatles o las lleváis con orgullo y os han abierto puertas?

Las tomamos como un cumplido, de todas formas no es el único grupo con el que nos han comparado y en cualquier caso somos un grupo con una idea, unas canciones y un estilo propio, que como cualquier otro tiene sus influencias y los Beatles es una importante como también los primeros Pink Floyd o The Doors.

 

Uno tiene la sensación que nunca volverá a existir otro grupo como los Beatles. ¿Eso desanima o ayuda a reescucharles y valorarles todavía más?

Por supuesto que no habrá otro igual. Y sobre todo no habrá otro fenómeno a todos los niveles tan influyente y determinante. Pero eso hay que aceptarlo como es. Sus discos están ahí para recuperarlos, para aprender de ellos. Son algunas de las ventajas de la inmortalidad.

 

¿En qué se diferencia la psicodelia de la neopsicodelia y cuáles son esas especias mediterráneas que condimentan vuestra propuesta?

Es difícil hablar de estas ‘’etiquetas’’ y me costaría definir cuáles son las diferencias, pero supongo que lo que vivimos actualmente es un ‘’renacimiento’’ de aquel estilo, sin embargo el momento y los ingredientes’ no son los mismos, pero creo que la psicodelia siempre ha tenido su público y de algún modo siempre tiene sus representantes y no se destruye, simplemente se transforma… Ahora lo llaman neopsicodelia. Por otro lado, en el Mediterráneo, concretamente en la Serra de Tramuntana, aunque Ibiza también tuvo su momento, se dio una especie de ‘’peregrinación’’ de artistas, sobretodo británicos, que se establecieron en la islas. Por ejemplo, Soft Machine se formó en Deià y Kevin Ayers produjo gran parte de su obra en la Tramuntana. Nosotros nos consideramos en parte herederos de esta historia y simplemente hemos recogido el testigo. El paisaje y sus personajes son determinantes.

 

¿En qué afecta la tramontana a la música de The Wheels? ¿Actualmente os encontráis vitales entre una abundante vegetación con ríos torrenciales o inestables, desnudos y solitarios, como dice en vuestra web?

La influencia es total, creo que el lugar al que perteneces es determinante en muchos aspectos. La tramontana es una tierra cargada de energía y como decía anteriormente su paisaje y sus personajes son siempre influencia. El hecho de vivir en una isla en sí supone una influencia. Imagino que estar rodeado de agua o encontrarte en el centro de Nueva York marca indudablemente a la hora de escribir, probablemente hablarás de cosas diferentes.

 

En una ocasión calificasteis la música de “ilimitada”. Teniendo en cuenta que el rock tiene unos 60 años, que la combinación de acordes es limitada y que cada vez hay más cover bands y se tiende a rescatar música del pasado, ¿pensáis que falta originalidad y atrevimiento en el panorama actual?

Nosotros nos referimos a que la música es ilimitada en el sentido de que intentamos no ponernos barreras a nosotros mismos. Ahora mismo nos definen como ‘psicodelia pop’ pero quizá algún día nos interese investigar en otros sentidos y preferiremos el jazz o el afrobeat, yo que sé, el mundo de la música es inmenso como para quedarse estancado. Y la verdad es que no creo que falte originalidad y atrevimiento. Hay grupos por ahí haciendo cosas verdaderamente interesantes, siempre hay gente creativa e innovadora que sorprende. Quizá ya no vivimos un momento dorado como en los 60, donde hubo una explosión creativa y artística fuera de lo común, pero el arte se renueva y el ciclo continúa. Si uno sabe donde buscar siempre puede encontrar cosas absolutamente sorprendentes.

 

¿Todavía es vigente el prejuicio sobre la música autóctona respecto a la de fuera o eso es un tic del pasado?

Totalmente, creo que tenemos una especia de complejo que consiste en pensar que si es de aquí no debe ser tan bueno… Conozco grupos de Mallorca mismo que están al nivel de los grandes, y no tengo ninguna duda de ello. Para mí Oso Leone es un ejemplo. Y sin embargo en Mallorca o en toda España no tienen el reconocimiento que en mi opinión merecen, pero eso es algo en lo que es mejor no pensar demasiado, simplemente hay que seguir adelante.

 

Los hábitos de la gente también han cambiado, ahora se tiende a acumular compulsivamente la música en archivos en plan coleccionista y sin profundizar demasiado. ¿Cómo se puede captar la atención de un oyente que tiene tanta oferta a su alcance y que puede saltar de plataforma en 10 segundos si no le interesa lo que está escuchando?

Sí, la sobrecarga de información en mi opinión es un problema, hoy en día tenemos la oportunidad de acceder a muchas más cosas, sin embargo en la mayoría de los casos no profundizamos en ellas. Es una fórmula de usar y tirar, consumir rápido y pasar a lo siguiente. Pero una vez más probablemente la ‘’herramienta’’ es buena y el problema está en la manera de utilizarla. No somos capaces de administrar estas cantidades y queremos consumir más y más.

 

La sensación es que, igual que la mayoría de bandas de los 60 y 70, concebís la música como un todo más allá de las melodías: un diseño, videos, una portada, una filosofía… Pero hay el riesgo que el consumidor joven de música, que no ha vivido esa época y que es nativo digital, no lo valore. ¿Eso puede provocar frustración o no os importa porque lo hacéis por amor al arte, sin esperar nada a cambio?

Por supuesto nos importa, porque nosotros seguimos teniendo una visión romántica de todo esto, la idea del vinilo, de su portada, y del álbum como obra de arriba abajo. Pero hay que aceptar que los tiempos han cambiado. La gente prefiere un single con un video esperando que pueda convertirse en viral y que hable por ti…Hay que ceder en cosas, hay que adaptarse o morir. Nosotros conservamos nuestras ideas pero entendiendo que la gente en general ya no quiere escuchar un álbum. No va a perder el tiempo en ello. Aun así seguiremos haciendo lo que nos de la gana.

 

Atendiendo a la poca valoración que se da a la cultura en general y de la música en particular y la decadencia de la industria discográfica, ¿los conciertos son la prueba de fuego de la valía de un grupo?

Sin duda el directo es el caballo de batalla…Pero como decíamos anteriormente ahora el reto también está en convencer al público con menos. Simplemente un video, una canción, te dedicarán 3 o 4 minutos como mucho y con eso tienes que ser capaz de enganchar.

 

Se acostumbra a decir que el segundo disco es el de la confirmación. ¿Estáis preparando nuevo material?

Sí, estamos en ello y la verdad es que muy ilusionados. En los próximos meses ya se podrá escuchar algún adelanto. Vamos a dedicar el verano a componer nuevas canciones y centrarnos en tocar y en grabar.

 

¿Con qué grupos actuales os sentís más cercanos y cuáles os atraen?

Nos gustan bastante los primeros trabajos de Tame Impala, también King Gizzard, Ty Segall, Mac de Marco, Wilco, Eels, o Air entre otros. Seguimos de cerca lo que están haciendo porque siempre son referentes interesantes.

 

¿Cómo está el panorama musical en Mallorca? ¿Hay mucho o poco pop psicodélico?

Hay propuestas muy interesantes que por desgracia se quedan en la isla sin superar la barrera de la insularidad. La verdad es que dentro de nuestro género no encontramos muchas otras referencias, así que tendremos que mudarnos a una isla un poquito más grande como Australia donde parece que estaríamos mejor acompañados.