Crítica del álbum ‘En la Espiral’ de Lori Meyers por Fernando Fuentes

lori_meyers_en_la_espiral-portada  Crítica del álbum 'En la Espiral' de Lori Meyers por Fernando Fuentes lori meyers en la espiral portada

LORI MEYERS

En la espiral

(Universal)

El sexto disco de los granainos Lori Meyers es posible que no guste casi a nadie, salvando la excepción de esa millonaria cuota de fan sordos -física o mentalmente- que exhibe, como principal trofeo, la banda de Noni y demás. Conociéndolos entiendo que ellos mismos lo deben de pasar muy mal escuchándose a todo trapo, y en insoportable loop en 180º, y será entonces cuando se pregunten: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué hemos hecho tan mal para que nuestros seguidores merezcan este disgusto mayúsculo? Tras tres años de espera -el regulero ‘Impronta’ data del 2013- loslori no sorprenden a nadie con un nuevo álbum tan previsible, como aburrido y prescindible… ¡y encima aderezado con aparentes ínfulas políticas! Si algo los salvaba de la quema -del actual doliente pseudo-indie patrio- eso era su rara frescura, su descaro amateur, sus indolentes ganas de hacérnoslo pasarlo bien sin ni idea de cómo se lograba eso. Bien, pues en este ‘En la espiral’ no queda nada de eso, ni las ascuas. Lo han perdido todo, si es que alguna vez hubo algo. Lo único es que ahora suena profesionales y tocan mejor, pero eso -ahora y aquí- ya no importa nada ni a nadie. Cuesta destacar algún tema de un elenco de trece canciones -manidas, sin fuste y de mala digestión auditiva para cualquier oreja mínimamente exigente- que no merecen apenas aprecio. Quizá, solo ‘Pierdo el control’ y ‘Océanos’, consiguen no sonrojar al escuchante, cosa que sucede con aberraciones pop del indecente calibre baladista de ‘1981’ o la empalagosa ‘Todo lo que dicen de ti’, entre otras. Ah, y lo de la ochentera y disco-funk ‘Organizaciones peligrosas’ es de traca, ideal para ser interpretado en cualquier mala verbena de pueblo que se precie. En fin, da igual, este verano se forrarán de nuevo tocando en todos y cada uno de los fiestivales que atontan a propios y extraños, en esta tierra de vándalos, y asunto resuelto. De mal en peor.

Fernando Fuentes/ marzo 2017