GIDEON::: ¨La decisión de hacer 10 álbumes en un año nació de un impulso¨

GIDEON::: ¨La decisión de hacer 10 álbumes en un año nació de un impulso¨ Press Pic Alexis Tyrel

Charlamos con el holandés Gideon, hiperactivo creador en continúa búsqueda de sonidos con personalidad propia.

Texto: Ion I. Romay

 Vayamos al grano ¿de qué agujero surge Gideon y cuál es la historia que se esconde tras este nombre artístico?

Qué cuál es la historia escondida tras Gideon ¡guau! menudo preguntón, te diría que la pregunta es más grande que mi casa. Pinta que me voy a tener que espabilar desde el principio de la entrevista, no hay problema, te contaré cosas muy ricas, aunque tampoco te daré todos los detalles, que nos pueden dar las tantas y luego… (risas) Soy un tío que habla por los codos. Yo nací y crecí en Eindhoven, en los Países Bajos, una ciudad donde se vive bien, pero que peca de aburrida. Soy fruto de una madre sudamericana y un padre holandés. Una familia de clase trabajadora, muy pero que muy currantes, gracias a eso he crecido en un ambiente bastante estable. Aunque esto que acabo de contar tuvo su precio. Desde joven gocé de mogollón de libertad, campaba a mis anchas por aquí y por allá, ellos siempre andaban en el trabajo. Comencé a rebelarme pronto, tendría unos 10 años cuando historias como el hardcore / gabber, me empezaron a gustar.

Menudo sonido ese, y oído lo oído, ¿tan jovenzuelo salías ya de parranda, o tuvo que pasar su tiempo?

Fue a los 13 cuando empecé a salir por clubes, las cosas entonces eran muy diferentes a como lo son ahora. Salir de fiesta tuvo sus efectos secundarios. Los cuales me encantaron (risas otra vez). Creo que en años de juventud se es fácilmente influenciable, las historias tienden a quedarse para siempre, tanto las buenas como las malas. Mis amigos y yo viajábamos por toda Holanda, que también Bélgica y Alemania, en busca y captura de fiestas. Todos ellos eran al menos 3 años mayores que yo. Estaba a punto de cumplir 16 cuando estos mismos compis decidieron empezar a montar sus propias fiestas en Eindhoven. Claro, yo me sumé a ellos. En aquel entonces era muy complicado encontrar un local donde hacerlas, aún lo es, aunque la mentalidad es un pelín más abierta ahora. Así que contratamos autobuses para llevar a nuestra gente a un pueblo a las afueras, uno donde podíamos alquilar una sala medio qué. El precio de las entradas incluyendo un viaje en autobús de 30 km, no llegaba ni a 4 euros. Las birras, negociábamos para que saliesen como mucho a 0,50 euros. La voz se corrió rápidamente y nuestras fiestas gozaron de mucha fama. Gracias a esto me di a conocer y luego pinchar en los eventos de otra gente. Creo que tendría entre 18-19 años cuando me pidieron pinchar en una fiesta ilegal de techno. Era también a las afueras, muy cerca del aeropuerto. A partir de ahí se me abrieron las puertas y la pasión por el techno de verdad.

¿Y una vez cruzado ese umbral? ¿cuándo se podría decir diste ese primer paso crucial en tu posterior carrera como DJ & Productor de, precisamente eso, techno?

Tal vez lo idealicé demasiado, pero para mí la gente que consumía techno en aquel momento en Eindhoven era peña muy diversa y con una mente especialmente abierta, lo cual, me encantó. Proseguí por este camino alternativo, al mismo tiempo que recordaba mi pasado más cercano, la sensación era rara. Unos años después mí novia me convenció para participar en un concurso de músicos, ya me gustaba producir temas, pero exponerlos a la gente ya era otra cosa. Un reto enorme, todos mis amigos pueden decírtelo. Aún no tengo ni idea como soy capaz de subirme a un escenario, es duro para mí. Volviendo a esa competición… Toda aquella gente me hacía sentir incómodo, es algo así como un honor estar allí para luego ir y joderlo todo. Por otro lado, no soy un tipo que le guste tirar por el camino fácil. Así que ¡sorpresa! acabé ganando el concurso, luego resulté finalista a nivel nacional, donde sí que me puse tope nervioso. A esta historia le siguieron más bolos, una residencia en Externa, que era el club que gobernaba entonces por el sur de Holanda.

¿Y ese bebé que luego pariste llamado Lessismore? Por cierto, ¿lo engendraste solo o se involucraron más personas de tu entorno?

Fue un año después de todo aquello cuando inauguré Lessismore junto a dos de mis mejores amigos. Se sumaban las salidas a pinchar por todos los Países Bajos e incluso el extranjero. Luego creé otros sellos, fiestas (como Anticlub) y venga a multiplicarse sesiones por aquí y por allá, tuve mis momentos en templos del techno como Ostgut / Berghain o Tresor en Berlín. Toqué también en l Awakenings, tendría unos 25 y tío, me sentía como flotando en una nube. Pero todo lo que sube, baja. Justo explotó la ‘burbuja del vinilo’, al menos para mí, la primera gran señal de que la era digital no iba a ser precisamente lo mío. No sé, igual podéis pensar que soy un ‘viejuno’, un inadaptado al que no le gusta las innovaciones, que va, en absoluto es así. Pero el vinilo es un formato tan especial para mí… Tiene muchas más ventajas que cualquier MP3. Comprar discos trasciende mucho más, compras un 12” por un corte en concreto, y con el tiempo te pones a escuchar el disco de nuevo y descubres ‘otros’ favoritos. Pillar MP3 es algo más de usar y tirar. Compras lo que necesitas en ese momento, y punto. En Lessismore siempre trabajamos con el otro principio. En medio de todo esto que cuento, debo decir que me eché una nueva novia, fue fantástico con ella, incluso teníamos planes de casarnos, tener una vida “normal” ¿qué hice entonces? Aparcar a un lado la música. A los seis años y medio nuestra relación terminó, me sentí entonces perdido en un gran agujero. Así que me puse las pilas, empecé a producir música para otros, pero confieso que no soy alguien con el que se trabaje fácilmente. Especialmente cuando las personas no están dispuestas a correr riesgos. Di este paso como avanzadilla a retomar mi carrera en solitario, pero aquello se demoró mogollón. Soy un tipo muy discreto y el negocio de la música hoy en día es totalmente opuesto a esa manera de pensar. No tomaba ninguna decisión, así que seguía metido en ese hoyo. No sabía qué coño iba a hacer con mi vida. A día de hoy aún sigo ahí metido, procurando salir de la brecha.

Ya hemos hablado un poco de tu primera sesión seriota. Pero, cuándo fue que te volviste un ermitaño encerrado horas del día, de la noche, componiendo música en el estudio de grabación?

Corría el año 199 cuando empecé a pinchar. Tomé esta decisión junto a un amigo, necesitábamos salir de marcha, pero siempre estar cobijados de la lluvia. Curioso, verdad. Pero fue dos años después, en 1995, cuando me puse a componer música con aquel programa llamado Fasttracker y en un MS-DOS. Música, sí, pero no tenía la sensación de estar creando mi propio sonido. No sé si me entiendes. Aún no tenía un solo cacharro, todo lo que usaba eran muestras y paquetes de otros, puro y duro sampleo. Lo bueno es que espabilé y aprendí muchísimo durante ese tiempo de ‘tracker’.

¿Quién es ese tal Alexis Tyrel? ¿Tu psiquiatra te ha diagnosticado quizás una especie de Dr. Jekyll & Mr. Hyde… quién es quién en tu caso?

(Carcajadas) ¡Dr. Jekyll & Mr. Hyde! ¡Creo que has dado en el clavo! Para mi Gideon debe mostrar mi rostro más oscuro, mientras Alexis Tyrel el más melódico y llevadero. Como sucede también con Lessismore, soy como la luna, siempre tendré un lado sombrío y otro más luminoso. Pero inevitablemente estas cosas se superponen a veces, lo que hace que sea más difícil categorizar, pero es más interesante creativamente hablando. Además, estoy convencido que nadie se salva, la mayoría de las personas tienen dos caras, aunque no todos revelarán eso. En mi caso es algo obvio, canta, si me conocieras mejor en persona probablemente notarías rápidamente lo que te estoy contando. Tengo dos lados y sencillamente, no puedo ni quiero ocultarlos.

Hablemos de esa maravillosa locura que tienes como desafío para este 2018 ¡¿10 álbumes en solo un año?!

¡Ah sí! Eso es lo que me he propuesto hacer, y para más inri todos los lanzamientos, los diez álbumes, antes de este próximo verano. Así lo hice saber primero a la gente con la que trabajo, luego se filtró por prensa, y no lo voy a negar ahora, pero no sé, quería que quedase en algo más como un reto personal. Hubiese preferido no cantarlo a los cuatro vientos hasta que no tuviese todo el material finiquitado. Ahora ya no queda otra que tirar adelante con la presión a cuestas. Probablemente querrás saber porque me atrevo con todo esto. Bien, hay más de una razón, sin embargo, no te las puedo chivar porque hay más personas involucradas que no están aquí presentes. Dicho esto, no soy de los que piensan uno necesite tirar siempre de razones para arremeter con algo. Fue una decisión que nació de un impulso. Principal factor de mi motivación… la locura. Encima no hay mucho que hacer en Eindhoven, es un sitio jodidamente aburrido. Soy el máximo responsable de la cooperativa donde curro, no tengo críos, ahora mismo ni siquiera novia, nada de eso tipo de responsabilidades. Tenía que limpiar de algún modo el desastre que he ido acumulando en el estudio de estos últimos 20 años (risas).

¿Qué es lo que realmente persigues con esta aventura tan inalcanzable para la mayoría de artistas? ¿Demostrarte a ti mismo algo en particular, o esto va pura y llanamente sobre marketing y hacer tanto ruido / pasta como sea posible?

Buena pregunta. Hoy en día todo gira en torno al marketing, yo personalmente odio eso. Artistas componiendo solamente para ganar en relevancia. Los ‘grandes’, al menos los más conocidos, intentan todo el rato ser grandes comerciantes, eso antes que músicos. Si indagaras en mi educación, en todo el camino que mamé y toda la música que hice, creo que ambos coincidiremos que NO soy un gran vendedor. Para mi hacer toda esta música es como algo necesario y natural. Es el hábitat donde me encuentro más feliz. Cuando me veas comiendo, lo mismo. Lo siento, solo soy un animal de instintos.

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¿Cómo te organizas a la hora de sentarte y componer música nueva?

Me convertí directamente en señor del caos y el orden. No hay más.

¿Recuerdas ese día, esa noche o esa noche-día, en la que pasaste más horas encerrado entre las cuatro paredes del estudio? Y, por cierto, ¿qué tan fácil es perder la noción del tiempo?

Una vez calculé cuántas horas pasé en el estudio en lo que llevaba de vida. Conté más de 20.000 horas. Cuando es así yo ya no sé cuándo es de día o de noche. Esto ha sido una constante durante las últimas dos décadas. Bueno, quizás más. Ahora ya me hice mayorcete, tengo ese trabajo “honrado” como jefazo que antes mencionaba, el cual me roba como unas 60 horas cada semana. Encontrar tiempo ahora para el estudio es más complicado. De joven todo era muy distinto. Sea como sea siempre procuro acabar lo que empiezo, con eso superar mis límites. Espero alguna vez ser recompensado por esto.

Por cierto, no lo hemos dicho aún, pero varios de esos diez Lps ya han sido publicados ¿qué tal está funcionando la cosa por ahora?

Bastante bien. Los comentarios son favorables. Sinceramente no me mato en saber qué feedbacks están sumando, o cuales restando. Me concentro más en el trabajo que me resta por hacer. Solo se puede hacer un buen trabajo cuando la cabeza no está pendiente de otros factores externos. Te pueden debilitar o relajar. Mañana mismo publicaré mi 4º álbum de este 2018, el titulado “Finding Transmat Enterprise”, un poco por tributo a una especie de carrera que me pegué con Derrick May hace un porrón de años.

Supongo que luego, una vez consumada toda esta bendita locura ¿planearás presentar un batiburrillo con cortes de todos los discos en directo, ¿verdad?

No tengo la intención de hacer directos una vez que los diez LPs estén acabados. No es precisamente lo que me va más. Sí que hubo un momento que los hacía, pero a día de hoy soy más una especie de DJ a la antigua. Pincharé hasta que me sangren los dedos, tanto de esos álbumes como restos de temas que se quedaron en el camino, pero cuyas bases, estructuras, vienen de perlas para mezclar en una sesión. Con tanto material publicado, y después de tanto tiempo encerrado en el estudio, será la hora perfecta para desatarme en cabina.

Cuando escucho tu música, todo me suena bastante analógico. ¿Eres uno de esos adictos a los sintetizadores y a las máquinas? ¿Cuáles son tus gemas o armas favoritas?

Me veo a mi mismo como un chico analógico atrapado en un mundo digital. Siendo honesto aun ando bastante perdido con toda esta era digital. Aún no le he encontrado el lado bueno. Para mí todo es mucho ruido y pocas nueces. Por otro lado, no tengo un estudio muy impresionante o lujoso, confía en mí si te digo que no uso muchos equipos. Esto fue para mí el aspecto más importante al arrancar con Lessismore. Es en el uso de recursos limitados cuando la creatividad se ve desafiada, al igual que sucedió en los orígenes del techno.

Antes hablamos de hardcore, de fiestas donde tenían que pillar un bus para trasladarse… ¿pinchaste también en más de una rave verdad? ¿Alguna experiencia que quieras compartir con nosotros?

Comencé como DJ de hardcore en mi propia habitación. Me pirraba ese rollo desde 1993… me duró hasta 1997. The Darkraver, una leyenda dentro de esa movida fue el primero que contó conmigo para una sesión fuera de ese espacio casero. Aún le estoy muy agradecido por esto. Sin embargo, debo confesar que la mayor parte de estos cuatro años la pasé mezclando discos dentro de ese cuarto. Lo siento si te esperabas otra cosa. Cuando comencé a asomar por carteles de fiestas, el sonido hardcore se había vuelto muy comercial, y yo ya estaba metiendo las zarpas en otro tipo de estilos.

¿Cómo catalogarías la actual salud de la escena clubbing? Bien en tu tierra, como fuera de ella… ¿Ha ido la cosa a mejor, a peor?

Peor. Me falta la sensación de libertad, de oscuridad. Todo está tan regulado hoy en día en Holanda. Tal vez la cosa esté algo mejor en el extranjero, la verdad es que he estado trabajando mucho en los últimos años, y apenas he salido fuera. Ahora sí que me están llamando de nuevo para ir a pinchar por ahí, así que pronto comprobaré in situ como está el panorama por otros países.

¿Qué opines de esa coletilla tan comentada siempre que es la relación ‘forzosa’ entre música electrónica de baile y drogas?

Creo que estas dos cosas están relacionadas y eso para mí, es positivo. Pero, por supuesto, tienen un lado incierto y oscuro también. Siempre me enfado un poco cuando la gente habla negativamente sobre las drogas, si es tan negativo ¿por qué tanta gente la consume? ¿Está solo conectada con la música electrónica o lo está con toda la sociedad? No hay una visión real con el tema. O sí pero no se quiere mirar más allá… Creo que es algo donde debemos ahondar y, si queremos tener una buena visión, debemos tener en cuenta por qué las personas y bajo qué circunstancias, las están consumiendo con tanta frecuencia. Si lo estudiamos desde un punto de vista más político, siempre nos vamos a quemar.

¿Recuerdas esa primera canción que escuchaste en una fiesta y te dejo prendado? Por otro lado, ¿esos últimos lanzamientos que han llegado a tus manos / oídos y te vuelven loco?

No recuerdo ese primer track, pero sí sé que la primera vez que me enamoré, qué estilo de música fue. Allá por el 1996, cuando mi mentalidad hardcore se difuminó y encontré abiertas las puertas del… ¡trance! Y qué último lanzamiento me volvió loco, diría Solomun “Amanecer”, para mí esto también es trance. Escucho esta canción haciendo after-party con mis amigos. MBC, mi compañero en Lessismore, es quien suele estar poniendo la música en estas fiestas. El día que puso ese disco por primera vez se convirtió en una sintonía ideal para todos los presentes. Desde entonces, nos encanta y lo amamos.