LA “LEY DE MURPHY’ DE FRAN LENAERS EN EL SÓNAR 2017 (por Fernando Fuentes)

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Muchos de los que esperábamos una sesión única y mágica, del mejor sonido de Valencia de los años 80-90, en el Sónar 2017 -gracias al set de Fran Lenaers- que sirviera, entre otras cosas, para reivindicar una fascinante y exclusiva selección musical y, sobre todo, una forma artesanal, sin trampas y primitiva de pinchar vinilos, nos llevamos una gran decepción -¿o es mejor llamarle disgusto?- al comprobar, desde el primer tema al último, que la sesión de este veterano mito diyeístico valenciano -famoso desde los años 80 por sus mezclas imposibles- iba a estar marcada de principio a fin por una serie de graves problemas, en las transiciones entre discos, que iban a arruinar buena parte de su interés inmediato y desvirtuar su valor global.

¿Qué fue lo que pasó, realmente, para que las cacofónicas cabalgadas fueran algo permanentemente inesperado en la sesión del legendario Fran Lenaers? ¿Se debieron a un problema técnico ajeno al propio DJ? ¿Fueron otras cuestiones -del tipo que fueren- las que sumieron el set de este “maestro de las mezclas” en un nada deseado caos? ¿Debió parar la sesión, si vio que era imposible pinchar dignamente así, o fue bueno que continuará con ello hasta el final pasándolas canutas, pero demostrando su coraje e indudable profesionalidad?

A la “Ley de Murphy” alude el propio Fran Lenaers para explicar lo sucedido. Él culpa al «asunto técnico» de todo lo malo ocurrido durante esos 45 minutos para olvidar. La verdad es que todo fue bastante inexplicable. Sabemos, a ciencia cierta, que lo único que les pidió, a la organización del Sónar, fueron unos “platos perfectos de fábrica” y que habló, unos días antes de su actuación, con el jefe de montaje de equipo de su escenario en el SonarClub, para explicarle que pinchaba con pitch. Le dijeron que no habría ningún problema al respecto. También tenemos la certeza de que solo pudo probar cinco minutos, y que apenas pudo tocar los platos, antes de empezar su actuación. ¿Es posible que, a los Technics 1200, tras un previo proceso de repaso y limpieza, les hubieran vertido CRC en los potenciómetros y que eso provocaran que se quedaran pegados? En el vídeo se ve perfectamente, sobre todo de la derecha, que va a trompicones y de los golpes que pegaba la aguja salta dos veces. En la entrada de los Alien Sex Fiend, como hay que seguir la canción con el pitch, salta tres veces. Cuando pincha Alice’, vuelve a pasar lo mismo. En otro tema, que es una rareza de jazz experimental electrónico, todo parece irse de madre, el plástico pega auténticos brincos, así es imposible cuadrar nada; pero, tras un rato de rectificaciones, Fran medio lo salva. Nos cuentan que los técnicos habían puesto dos cajones de doble 18 apoyados en las patas de la mesa. Y eso, para pinchar con Cd y electrónica minimal sirve, pero para poner rarezas, por ejemplo el single de Joy Division, es imposible.

En el vídeo de la errática sesión se ve a Fran “cagarse en la puta” (literalmente) en varias ocasiones. Se le nota incómodo, hasta descompuesto en algunos momentos. Todo parece ir mal y a peor. Se le va de las manos. Lo saca de quicio. No podía bailar para seguir el ritmo porque saltaban las agujas, ni casi mover los pies. Sí, se escuchaba como estaban probando el equipo para Cerrone y pegaban subidas y bajadas, o eso parecía desde el escenario y a pie de pista. Cierto es que Lenaers en todo caso intentó salvar la situación, sufrió mucho para sacarlo adelante, pero no lo consiguió. Había ido mucha gente a verlo y no podía dejarlos tirados, fue lo que pensó. Seguramente, fue el único artista del Sónar 2017 que pincho con vinilos originales -auténticas joyas como los maxis de Joy Division y Full Circle, entre otros- y sin ayudas de ningún tipo. Sin trampa, ni cartón. Mano a disco. ¿Con alquilar unos platos en Call and Play, o llevar los suyos propios, nada de esto habría sucedido?

Sí Fran, hay gente que lloró al escuchar a B-Movie, pero con eso no basta, y menos sobra. Si al tercer tema que intentaste mezclar, el pitch sigue sin funcionar y el asunto se antoja -desde lo técnico inviable- seguramente lo mejor habría sido parar la sesión, dignificando tu trabajo, y exigir una solución a quien tocaba. Y si nadie hace nada, recoger los discos y a casa. Sabemos que la intención fue buena, que sudaste sangre para intentar salvar la situación adversa y que fuiste el primero en pasar un mal rato al ver que todo se iba torciendo y no había forma de enderezarlo; sí, pero el resultado fue extraño, rayano en lo lamentable. Solo una maravillosa selección musical, que lo fue, pudo paliar parte del desmán.

Huelga decir que a un DJ de dicha categoría, bagaje y vitola  -y a cualquiera que actúa en un festival como Sónar- hay que exigirle lo máximo, la excelencia -en cuanto al contenido de su selección y discurso musical- y, como poco, que en su set no haya ni rastro de errores técnicos, sean por culpa ajena o propia, no importa. A este nivel es imperdonable. Y el culpable que asuma su responsabilidad de forma valiente, todo se arreglará. Si hubiera sido un piloto de Fórmula 1 habría acabado fuera de pista, pegando siete vueltas de campana. Y sí, seguramente a esa hora, tan temprana, que es cuando los buenos técnicos del SonarClub están cenando, es mejor que no actúe nadie, que se ponga música ambiente para evitar estos problemas que son fácilmente subsanables si las cosas se hacen bien y están en su sitio.

En fin, esta es solo la contra-crónica de una mala noche de Fran Lenaers como DJ, nada más. La vida sigue, Fran sigue, el Sónar sigue. Nos vemos en los clubs y siempre respeto máximo, maestro.

VIDEO SESIÓN FRAN LEANERS_SÓNAR 2017: http://culturebox.francetvinfo.fr/musique/electro/sonar-festival/fran-lenaers-au-sonar-2017-256991

Texto: Fernando Fuentes/ junio 2017

 

1 Comentario

  • Rassmusen dice:

    ¿Ley de Murphy? ¿O justicia poética? La admiración que supone este DJ, para mí, es excesiva. Máximo exponente del maxipop de dinosaurios. Este revival bakala que hay es muy revelador; sí estos son los grandes, ahora me explico el nivel del 90% de los DJs nacionales actuales.

    Una pena lo de la sesión, mala suerte, nervios… pero eso no quita a que se le sobre valore a causa de la nostalgia de tiempos pasados, que no eran mejores, al menos en sus selecciones musicales.

    ¡B-Movie a bailar dinosaurios!

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