PSHYCOTIC BEATS:::: “El tronista y la choni son los nuevos referentes pop para los jóvenes”.

FOTO PSHYCOTIC BEATS  PSHYCOTIC BEATS:::: “El tronista y la choni son los nuevos referentes pop para los jóvenes”. FOTO PSHYCOTIC BEATS

Atención, esto no es una entrevista al uso, es el crudo y lúcido testimonio de un artista único en su especie que -con sus certeros besos y acertadas dentelladas- nos procura un fiel reflejo de cómo (de mal) está el patio del pop y la industria musical en nuestra doliente España. Andrés Costureras aka Pshycotic Beats acaba de dar a luz su nuevo y tercer álbum de estudio -‘The Black Sea’- publicado por su propia discográfica Log Lady Records y, por méritos propios y contra viento y marea, ya está apuntando a las listas de lo mejor de este 2017 que no termina de desperezarse.

Texto: Fernando Fuentes

Aló Andrés, este flamante ‘The Black Sea’ es el tercer disco de una trilogía dedicada a la locura, los trastornos mentales, a la muerte y a la feliz libertad de decidir el final de cada uno, ¿cuánto tiene de biográfico todo este compendio sonoro y lírico?

Todo y nada a la vez. Mis discos son viajes ficcionados que yo invento para expulsar mierda emocional, que es totalmente autobiográfica. Pero me encantan los discos conceptuales, y vengo del mundo audiovisual, de editar video y concebir historias. Me parece que el mundo de la música se ha vuelto un coñazo, no hay diversión ni entretenimiento por ningún lado, las maneras de vender y promociona a los grupos son cero creativas, y me parece que todo es muy Walt Disney. Por eso siempre he querido utilizar mis vivencias para crear algo entretenido, desde los teasers, las fotos de promo o los videos y las portadas, me gusta jugar a crearme alter egos que podrían ser como el personaje de una serie de televisión de ahora, yo podría ser Dexter, Walter White o Hannibal. A veces parece que en la música todo tiene que ser autobiográfico, cuando no parece que nadie le pregunte a Martin Scorsesse si se ha dedicado a matar gánsteres en sus ratos libres. Yo sobre todo busco entretener y que me digan que hago canciones bonitas. Ahora, es totalmente cierto que tengo un padezco una enfermedad mental, y he ido a muchos tanatorios, así que autobiográfico es.

-Dices que este ‘The Black Sea’ está inspirado en la experiencia y tránsito hacia la muerte, pero desde lo bonito y alegre… ¿cómo se come esto? ¿Viendo como está el patio mundano cualquier cosa es mejor que estar vivo?

No es un disco que hable de la experiencia del transito a la muerte. No estoy hablando de mi experiencia gracias a Dios. Estoy planteando una serie de personajes que simplemente se quieren marchar, y aceptan el momento de la expiración como el advenimiento del descanso, sin miedos. Es una manera radical de retratar la degradación del mundo en el que vivimos, de un mundo en el que da asco estar, y de una sociedad “virtual” para ser más absurdos todavía en la que lo único que se hace es arrastrarse por el suelo para que un grupo de desconocidos nos den un like por las tonterías que decimos, por nuestras opiniones de mierda o por nuestros selfies. Ya sea a un lado o al otro de la pantalla, esto da miedo, no hay ni un mínimo atisbo de humanidad, y yo estoy dibujando un futuro no muy lejano, me temo, en el que a la gente le dirán, si te sientas en ese sofá a lo mejor te mueres, y en vez de salir corriendo nos descorchemos la última Mahou y esperemos a que todo termine. Pero repito, es sólo un juego, una película, como pueda ser ‘Mullholland Drive’, la serie ‘Mr. Robot’ o ‘WestWorld’ que creo están hechas desde el mismo punto de partida, aunque con distintos resultados.

-Sabemos que la muerte de Bowie -sobre todo- y de Cohen y Prince han influenciado de forma directa los contenidos del álbum y en tu vida personal, ¿artistas de talla gigante, como ellos, no deberían de morirse nunca? ¿Nos veremos con ellos, de nuevo, en el ‘Planeta Nueve’?

No, no deberían morirse nunca. Desde luego no estamos acostumbrados a que se mueran en masa referentes con carreras modélicas y vitalicias. No es sólo que se mueran y que eso te afecte a nivel personal porque toda tu vida te han acompañado en tus momentos buenos y en tus momentos malos. Bowie por ejemplo era parte capital de la vida de varios amigos que han fallecido, por ejemplo. Pero el drama es ver que lo que nos queda en el panorama musical sea tan mediocre. No es que vayamos a encontrar otro Bowie, o un nuevo Leonard Cohen, u otro Prince, porque eso no va a ocurrir, pero las “estrellas” del momento son tan lamentables, tan mediocres, tan del todo a cien que dan ganas de suicidarse y marcharse a un sitio donde haya estrellas que nos hagan soñar o que le inspiren a la gente dedicarse a la música. Hay talento y canciones de las que nadie habla porque sólo las conocemos gracias a la santa lista de ‘Descubrimiento Semanal de Spotify’, y que no aparecen en ningún medio del mundo hype, pero lo que nos pretende vender la industria, es infumable. Las canciones no tienen desarrollo, las producciones son minimalistas no en cuanto al estilo si no con respecto a la escasez de ideas, de arreglos de imaginación. Todo es intercambiable. No hay estrellas ni referentes. Cuando se mueran no tendrán ni un meme. Yo soy amante del pop, y de la era del oro del pop. Desde el boom de las redes sociales el nuevo pop son las series y las nuevas tecnologías. Sal a la calle a ver cuantas personas te saben tararear el nº1 de cualquier chart o de las listas de lo mejor del año y verás qué risa. Si Adele vende es porque hace buenas canciones dirigidas a todo el mundo de manera global y universal, no hace música para modernas, a lo mejor ese es el problema, demasiado guay por metro cuadrado.

-Tus letras siempre van cargadas de ironía y humor negro, ¿es la única forma de sobrevivir a todo -hasta de la misma muerte- es carcajeándonos de ella?

Sí, por supuesto. Bueno, las letras de ‘Surrender’, ‘Knives’ o ‘My death is yours’ no son nada irónicas. A veces me paso de chungo, ¿pero sin la risa dónde vamos? Sí, todo es políticamente incorrecto.

-Estamos sin duda ante tu disco más currado, medido hasta el milímetro, desde su diseño de portada hasta la galleta del vinilo, pasando por el papel de la nota de prensa… ¿crees que la gente valora tal esfuerzo? ¿De verdad piensas que el vinilo y Spotify podrían salvar la industria de la música?

 Sí, por supuesto. La ex industria de la música está en manos de gente a la que no le gusta la música, se la sopla, son vendedores de galletas, unos ineptos que sólo saben reeditar su fondo de catalogo. La gente está cansada de que le tomen el pelo y que le den un mal producto, con un precio abusivo, un packaging de mierda y una música peor. Vivimos en la era de oro de las series de televisión, están arrasando porque tratan al publico como gente inteligente deseosa de entretenimiento, y los showrunners se están divirtiendo haciendo locuras. En la música llevamos 15 años viendo como niñatos prepubers del ‘Club Disney’ son reciclados en estrellas pop. Es una industria para niños pequeños. Pero ¿qué pasa con los adultos? A la gente de más de 25 años no le vale cualquier cosa. La gente no es tonta. Les das por un poco más de dinero una portada gigante, con las letras de las canciones y un vinilo de colorines con un gramaje de 670 g que encima incluye el cd y compran. Es lógico y de sentido común.

Spotify no es sólo un servicio de streaming, su baza es haber inventado el rol del editor de playlist que es el activo más importante que tiene un artista ahora mismo. Un melómano del Siglo XXI, un prescriptor que recopila toda la música publicada en el mundo y de la que no se habla en las listas del año y te hace todo el trabajo sucio, con un resultado que parece mágico, y que está hecho exclusivamente para ti. Es lógico que Spotify haya explosionado y Apple music no. Esta es mi opinión claro, pero yo hablo desde la óptica del artista autoeditado que lleva matándose a trabajar desde hace 7 años, pringándome de mierda hasta las cejas. Así que sí, Spotify y el vinilo ha venido a salvar al mundo de la música. Ojo, a la música, no a la industria, a la industria ya no la necesitamos.

 -¿Es cierto que el esfuerzo que te ha costado sacar este disco casi te cuesta salir con los pies por delante? ¿Casi estamos ante tu obra póstuma?

Sí. Yo tengo un trastorno obsesivo compulsivo y trastorno de ansiedad generalizada, controlados por una medicación a la que estoy atado hasta que me muera. Esto me hace tener un cerebro obsesivo que va a mil por hora y que cuando le da por algo pierde un poco la noción del tiempo, la realidad y los limites. Como no se parar me tienen que dar medicación y los parones vienen en forma de crisis o de brote. Es que es ridículo todo lo que he hecho, es de estar chalao. En 7 años he compuesto, arreglado, producido, mezclado, masterizado, los 3 álbumes de Pshycotic Beats, luego está el disco de The Bounce Committee, he montado mi propio sello discográfico Log Lady Records, he producido LPs a grupos de rock como Aliasing, y he hecho singles y varios eps para otros artistas. Siempre me he dedicado de las labores de promoción, y prensa de todos esos lanzamientos. Sólo he estado sin hacer música o cosas relacionadas con ella en el último trimestre del 2015. Porque me encontraba realmente mal, me aconsejaron mis médicos tomarme un respiro, pero yo dije que no, si lo hacía probablemente no habría un tercer disco de Pshycotic Beats, y he hecho un último sobre esfuerzo que ha sido una temeridad. Sacar adelante el álbum artísticamente me ha llevado 4 meses, pero la persona que me iba a hacer la gráfica me dejó tirado y tuve que hacerme yo la portada y todo eso en tiempo record para poder entregar los archivos correspondientes para fabricar el vinilo. Total, que esto ha sido una experiencia muy negativa, el disco creo que se ha beneficiado de esa angustia en las letras y en las atmósferas. Pero ya toca un respiro largo de la música.

-¿No crees que nos merecemos una música mejor y que va siendo hora pase algo de una puta vez en el Siglo XXI? ¿Dónde está el supuesto relevo generacional?

No sé si nos la merecemos, pero si la gente sólo sabe hacer se fotos con el móvil y dar su opinión de mierda en las redes sociales pues qué música se va a hacer. Antes la música era un medio atractivo para los jóvenes, montar un grupo era lo más molón, salir, emborracharse, ligar, era todo vanidad y buscar la aprobación del entorno, pero ahora no hace falta hacer nada creativo para conseguir ese feedback, y los millenials no han crecido con una televisión musical, no tienen referentes, el tronista y la choni son los nuevos referentes pop para los jóvenes, y por lo tanto no hay relevo generacional. La mayor parte de la gente que se dedica a la música es viejuna, empiezan las carreras a los 30 y les empiezan a hacer caso en los medios a los cuarenta.

-¿Qué opinas de la escena nacional musical que nos asuela? ¿Hay sitio para Pshycotis Beats en ella?

No, soy muy marciano, lo que yo hago en Pshycotic no lo hace nadie aquí. La escena musical de nuestro país es un rollo. Es raquítica y muy poco diversa. Si nos pusieran a todos en una explanada gigante habría 3 cantantes melódicos triunfitos, 3 que cantan rumbitas, 4 que hacen clubbing de calidad, 800 grupos de indie-canción protesta del siglo 21 con esos nombres que parece que se los han hecho con una app del móvil y que no le interesan a casi nadie (salvo los 5 nombres que han triunfado), y luego en el medio estamos todos los que hacemos algo que no es eso y que estamos solos, yo estoy sólo, Algora está sólo, La Prohibida y Fangoria están solos, La Casa Azul está solo. Es que aquí hay un espectro de música amplísimo que no existe y no se intenta hacer, no hay cosas como: CHVRCHES, Goldfrapp, Juan Mclean, Hot Chip, LCD Soundsystem, Anhoni, Austra, TRUST. Todo es intercambiable y un coñazo.

-Uno de los grandes retos de este disco fue que pudieras llevar la voz cantante en todos los temas sin que nadie se aburriese y, sin duda, lo has conseguido con diferentes y complicados registros. ¿Es cierto que has grabado las canciones de un tirón, sin retoques ni autotuneos ni exceso de edición de tomas, primando la interpretación?

 Sí, lo tuve claro desde el principio. ‘Dormihcum’ lo grabe cagado de miedo, nunca había cantado y no sabía ni calentar la voz como es debido. Osea yo la calentaba y hacia un montón de cosas, pero no bien. Eso lleva su tiempo. Grababa las canciones con las letras delante, de manera fría. Desentonaba, no sabía colocar la garganta y desafinaba a veces. Hacia mil tomas y había muchísima edición. El autotune es para vagos, repitiendo las tomas y editando te puede quedar un disco perfecto, y luego hay herramientas menos abrasivas para retocar con cuidado pequeñas desafinaciones o una silaba que no está níquel. ‘The Black Sea’ es un disco de composición, de canciones, no es un álbum de producción con mucho ruidito y mucho cambio en las bases rítmicas. La voz es la protagonista y por tanto debía llevar el mayor trabajo. Ensaye durante un mes antes de grabar. Y cada canción se ha grabado varias veces, hay varias tomas. Pero en general he intentado que cada estrofa vaya sin cortes, que la primera estrofa está perfecta en la toma 3, pues va la toma 3 entera sin chopped.

-Chic, Cerrone, Moroder, Marc Almond… ¿con qué otras referencias te gusta que asimilen a las canciones de este álbum?

Con las que son. Detesto que se pretenda deconstruir el proceso creativo de alguien y sentenciar cuáles son sus referencias. Puedes decir “se parece a esto” porque eso es tu percepción, pero cuándo te cascan “tus referentes” el individuo siempre está hablando realmente de sus referencias. Escucho música disco clásica desconocida de discográfica pequeña, me ha influido mucho un grupo alemán que se llaman Chilly, Sparks, John Barry, Portishead, toda la carrera de Nile Rodgers, Berdnard Edwards, Can…

-¿Se ha convertido los Scissor Sisters en tus peores enemigos?

Un poco sí. Joder, es un grupo con varios miembros de mucha follabilidad, pero ya. Si para hablar de alguien que hace música disco lo primero que se les ocurre es Scissor Sisters es que el nivel de cultura musical es un poco churro.

-¿Qué crees que hubiera pasado si Geoff Barrow hubiera producido este álbum?

 Que hubiéramos descartado ‘From Disco Section to House Foundation’ y le hubiéramos aumentado la reverb a todo. ‘Dormihcum’ era más así, este ha quedado más limpito, no se por qué.

-¿Qué posibilidades reales tiene un artista como tú, sin manager y sin discográfica major, de conseguir que este álbum llegue donde debe y esté, por derecho propio, entre los mejores álbumes nacionales de este año?

Hombre, ‘Dormihcum’ ya se coló en muchas listas de lo mejor de ese año, si te digo la verdad el no tener nadie detrás nunca ha sido un impedimento para conseguir lo que quiero. Depende de la voluntad de los medios que quieran darme el sitio que me merezco. Pero la verdad es que en general me han apoyado siempre y me han hecho críticas buenísimas. Otra cosa es que no eres prioritario para ellos porque no les metes publicidad, es lógico, ellos tienen que comer y su situación es muy precaria. No puedo decir nada malo de los medios, de los medios profesionales. Pero cuidadito con esos blogs con ínfulas de medio profesional que se supone que son los más leídos de la prensa musical y que están en manos de gente que no saca nunca su cabeza del culo ¿eh?

-¿Tu autoedición es una respuesta a las negativas de la industria o de las discográficas o se debe a que así haces lo que te da la santa gana y controlas en proceso de principio a fin?

Yo soy muy listo y tengo el culo súper pelado. Conozco mucho a la industria y se que yo descuadro y tiro para atrás. Mi intención ha sido siempre fabricarme una carrera en la que yo haga lo que me da la gana sin que nadie me diga lo que tengo que hacer. Yo no quiero un contrato ni muerto, pero nadie me ha llamado nunca. No creo que sea porque piensen que no soy manejable, es que no creo que sepan que yo existo.

-En solo unos días el single ‘From Disco Section to House Foundation’ pasó de 4.000 plays en Spotify a 90.000… ¿cómo valoras esto? ¿Cómo se consigue pegar un salto viral de esta dimensión?

Se valora como algo que ocurre porque al final el universo te premia. Y después de trabajar todos los días 16 horas haciendo música y haciendo mucha promo de pico y pala, al final hay veces que te encuentras personas maravillosas que creen en ti y apuestan por tu trabajo. No se quién dentro de Spotify España ha decidido que merece la pena mi curro. Pero estoy deseando conocerle.

-¿Y qué tal se está vendiendo en vinilo?

Súper bien, 70 copias en tres horas el día que salió, ahora ya se ha calmado la cosa, pero es que el producto está muy cuidado. Y se han hecho las cosas como antaño, sacar el disco antes de que se pueda escuchar en ningún lado, si le das a la gente la necesidad de tener algo, lo quieren YA. También es el resultado de muchos años sacando buenas canciones, hay mucha gente que te sigue, followers como se dice ahora, y muchos de ellos creo que ya son fans y me seguirán adonde vaya.

-Sabemos que ‘Where the night is going’ es uno de tus temas favoritos del propio Pshycotic Beats. Pecado y mucha pluma. Sus bombos atronadores, su bajo sucio y ese space-disco reverberante son el colchón perfecto para la voz modulada de forma pura, ¿es el tema en el que más arriesgas con la voz?

Puede que sí porque yo estoy cantando como una chica, como la Donna Summer de ‘Theme From The Deep’. No era buscado para nada, es que ya no me hablo con Pati Deluxe que era la que cantaba estas canciones en los discos anteriores, y como no está pues lo que hago es cantar con voz femenina modulando. Es muy divertido, y me han dicho que no se sabe bien si canta un chico y una chica. En estos tiempos en que nadie investiga nada, ni se lee los títulos de crédito de un disco pues mola mucho confundirles. El misterio siempre es un plus.

-Otro de los temas que más me han gustado es ‘Black Moon Falling’, una especie de oda teatral y espacial encerrada en un loop, en el que unas cuerdas fantasmales -en bucle- evocan a los mejores Portishead, ¿es también uno de tus favoritos?

Sí, aunque es de esas canciones enquistadas de las que he tenido que hacer mil versiones, en mil estilos diferentes. Cuando empecé este disco tiré por la línea del sonido Phil Spector que emule en ‘Killer Shangri-Lah’ y ‘Black Moon Falling’ era como Et Maintenant de Gilbert Becaud, y me salió rana, parecía Francisco versionando a Raphael y al final recicle otra maqueta de un tema diferente y trate de cuadrar la letra con la base creando una melodía nueva. Me dejé llevar y salió ‘Black Moon Falling’. Las canciones mutan mucho, hay algunas que salen en dos horas, y otras que no cuadran hasta 5 meses después.

-Las premiers del single las dieron Radio3/ Siglo 21 y Mondosonoro, dos de los principales medios indies nacionales, ¿estás contento con el apoyo de la prensa musical respecto a tu trabajo? ¿Cómo ves nuestra escena (la de los periodistas) como artista implicado en ella?

Yo llevo haciendo mi propia prensa y llevando mi comunicación desde siempre. Ahora estoy trabajando con la agencia Jaguay, y me están ayudando mucho. Estoy contento relativamente porque creo que las cosas deberían de ser más fluidas. La situación de los medios es muy precaria, cuando yo empecé hace 6 años el mapa era completamente distinto. Había 300 medios, todos te atendían eficazmente y de manera rápida, transmitían buen rollo y la cosa fluía. Pero con cada disco la situación ha ido a peor. En 2013 con mi segundo disco ya empezaron a cerrar las principales cabeceras, muchos de los contactos que tenía se habían ido a la calle, y trabajar con los medios se ha ido tornando en algo muy desagradable porque es desesperante que tarden tres semanas en abrir un correo. Donde antes trabajaban 6 ahora trabajan sólo dos. Y tienen una carga ridícula de trabajo. Cuando alguien tarda 3 semanas en encontrar el correo que le has mandado, o no tiene tiempo material para hacer un corta y pega y sacar una cutre noticia de una nota de prensa pues es que no puede ser. Pero yo no me puedo quejar, siempre he percibido apoyo, la prensa en general me ha tratado bien. Siempre hay gente a la que matarías, pero es el 0,7 %.

-La pregunta del millón: Y tras ‘My Death is Yours’ y la trilogía, ¿qué?

Descanso, descanso y descanso indefinido. Habrá más, pero dentro de muchos años. Siete años sin parar es mucho. Yo nunca planee dedicarme a esto. Me he volcado en la música, pero no he tenido tiempo de sentarme a pensar qué hago yo aquí. Y ha llegado el momento de hacer balance y pensar bien las cosas.

Y una vez que todo pase, ¿compondrás para otros artistas, harás bandas sonoras y colaboraras en la producción de grupos noveles?

Yo creo que sí. Lo que me apetece es trabajar para otros. Estoy harto de mi. Al final todo lo que he hecho para otros artistas ha sido un intento para promocionar Pshycotic Beats y hacerme un nombrecito, y creo que eso se acabó. Quiero ser un ghost producer.

-Por cierto, ¿nunca te podremos ver en directo? ¿Esto no es un gran handicap para ti?

Nunca no. Yo estoy muy verde. Hice algunas actuaciones cuando salió ‘Please Kill Me’, el debut de The Bounce Committe, pero no me gustó la experiencia. Me inventé un sistema que creo, por lo que me dicen que nadie utiliza para hacer los directos con Logic Pro controlando toda la mezcla desde el escenario, y ya se un poco técnicamente lo que necesito. Pero tengo muchos problemas y cosas en contra. Mi propuesta se está afianzando todavía y ha sido muy errática. Tengo un disco de instrumentales que detesto y del que no tocaría ni una canción, luego de ‘Dormihcum’, la mitad de las canciones las cantaban colaboradores y no me veo haciéndolas yo, de este disco la mitad no se cómo trasladarlas. No tengo un repertorio apetecible todavía, a mi juicio, claro, que es lo único importante aquí. Pshycotic Beats es un proyecto conceptual, teatral, no quiero hacerlo sin una puesta en escena que pueda controlar, yo no soy músico, todo es puro Logic, y yo sólo no quiero hacer los shows. Quiero músicos a los que poder pagar y hacer algo digno, músicos o gente que comparta conmigo la experiencia y se emborrachen conmigo antes, durante y después del concierto. Esas canciones con piano y orquesta de lata no las puedo hacer con un Mac pro y soltando las bases porque me parece un espanto y aburridísimo.

Y luego es que la gente, no es consciente de tu situación y de los problemas que tienes. Ensayar, pagar a músicos, pagar alquileres de sala que en Madrid rozan los 600 € en algunas salas, etc. Son 2000 euros para hacer un concierto al que vengan 40 personas si las pongo en lista, y encima van a estar hablando todo el rato. No. Yo sé lo que hago. Hándicap no es, sería mejor poder tener un show listo para girar, pero eso no es financiable, el poco dinero que tengo de momento ira destinado a la música grabada. Hay que cuestionar todas esas leyes no escritas. Los grupos indies que empiezan y tocan en el Primavera Sound son programados a las cuatro de la tarde y tocan delante de 4 personas literalmente y acaban perdiendo pasta encima.

Las cosas tienen su tiempo. Dentro de un par de álbumes más, creo que lo haré, pero a la vez que saco el disco y hago la promoción no puedo. Yo he dejado todo por la música, mal vivo de esto y de los cutretrabajos que pillo para financiarme los discos. No le pidáis peras al olmo.

-Para terminar Andrés, ¿qué mensaje quieres lanzar desde ‘The Black Sea’ a los lectores de Orbita Magazine?

Que se lo escuchen y que se lo compren que estoy en la ruina y es una edición pequeñita, si todo sigue así en dos años lo venden en Discogs y se sacan una lana.

CRÉDITOS FOTÓGRAFO: Ana Angoloti

PRE-ORDER VINILO+CD:

https://logladyrecords.bandcamp.com/album/the-black-sea-vinyl-cd

SPOTIFY: 

https://open.spotify.com/artist/2YgOXjE34QUTy7FqAg535R

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