Jesus & Mary Chain
Damage & Joy
ADA/Warner
Al menos, a los legendarios y ex cardados hermanos Reid les honra el haberse ceñido a la máxima -tan justa y necesaria- de no salir nunca de gira sin temas nuevos o lo que es lo mismo: solo por la pasta. Por eso el que esperar encontrarse aquí con el mejor disco de los J&MC o con unos Yisus diferentes por renovados en su imaginario sonoro -¡qué cosa tan innecesaria y estúpida! – se ha dado de bruces con la realidad más cruda y verdadera: este ‘Damage & Joy’ tiene más de dolor que de placer, aunque recupera -a lo Cospedal, o séase: en diferido y hasta simulado- a una de esas bandas que cambiaron el rumbo de la mejor música contemporánea. El caso es que, entre los 14 temas, de este ¿nuevo? disco, hay algunos -ciertamente los menos- que podrían formar parte de álbumes pretéritos más laureados -caso de ‘Moon Rider’ o el single ‘Amputation’ con ese pegadizo “uuuuh-uhhhh” a lo Love and Rockets– y la única novedad viene a través de la presencia de voces femeninas en algunos de las canciones más denodadamente popis, caso de ‘Always Sad’ o ‘Black and Blues’ en la que canta Sky Ferreira. Lo demás suena a viejuno diestramente remozado, a una segunda parte de su regulero ‘Munki’ (1998), a refrito digno y bien producido, a colección de caras B subidas forzosamente a categoría de A, a que esperar 20 años para esto ha sido una boutade, si es que alguien lo estaba haciendo. En fin, este ‘Damage & Joy’ -impulsado y financiado por el mago Alan Mc Gee -ese tipo que se dejaría sodomizar por el portero del Berghain con tal de conseguir el regreso de Oasis– con el solo propósito de recuperar su inversión, multiplicada por 10, una vez terminada la amplísima gira que los Reid y compañía perpetrarán desde ya por medio planeta, defraudará a los seguidores más exigentes y talibanes de la banda; agradará a esos que con solo olerlos nos ponemos palotes y dejará impávidos -no entenderán nada- a todos esos posibles nuevos fans que así, difícilmente, se convertirán a la vieja y distorsionada causa de los JM&C. No creo que en directo la cosa mejore, pegad un vistazo a sus últimos conciertos en Youtube, están más muertos que vivos, pero aun así dando sopas con onda a casi todos sus herederos naturales, legales y no reconocidos.
PD: ¿Qué habría pasado si este álbum, siendo un 6 sobre 10, lo hubieran firmado, por ejemplo, Triángulo de Amor Bizarro o The Raveonettes? ¿De qué estaríamos hablando ahora?
PD2: Ahora solo queda ver de qué serán capaces sus primos Ride en su resurrección. De momento la cosa no pinta mal. Seguiremos informando.
Fernando Fuentes/ marzo 2017
